¿Qué tan ético es usted como administrador?

Últimamente  he podido evidenciar una serie fenómenos que atacan la productividad y la competitividad de las empresas, producto de algunas violaciones indiscriminadas a algunos principios morales en la realización de negocios, me di a la tarea de consultar sobre esta tendencia negativa y llegué a la siguiente pregunta ¿Qué tan ético es usted como administrador? si lo es o no lo es ¿Qué hacer?

Uno de los artículos que consulte y que más llamo mi atención (de hay el nombre del articulo) fue How (Un)ethical Are You? (Qué tan ético es usted) posteado en Harvard Business Review, invita a los administradores a autoevaluarse para determinar hasta dónde, sin darse cuenta, han faltado a la ética. 
Por ejemplo, ¿Al escoger candidatos para ascensos o vacantes, usted como administrador se fija en factores diferentes a los estudios, habilidades y competencias de los candidatos, desoyendo las opiniones y advertencias de los principios estrategicos de la empresa por adoptar  intereses propios o ajenos a los de la empresa?
Cualquier descalificación de un empleado por aspectos como su raza, apariencia, condición social o discapacidad, así como cualquier forma de persecución o acoso, anota el artículo, debe ser considerada como una falta a la ética, lo mismo que todas aquellas decisiones,  acciones y conductas tendientes a no valorar al ser humano o a apropiarse de logros de los demás compañeros de trabajo.
Aunque la mayoría de las personas consideran que actúan éticamente, las consideraciones tenidas en cuenta por cada persona, a la hora de tomar ciertas decisiones, podríamos encontrar que algunas de ellas estuvieron influenciadas por intereses violando la independencia mental del administrador, que impidieron analizar imparcialmente un tema, llevaron a desconocer los méritos de otros o a preferir a ciertos colaboradores, por razones diferentes a sus capacidades. 
Las faltas a la ética, podríamos concluir, van mucho más allá del cuidadoso manejo de los recursos financieros, que es el factor con el que generalmente determinamos la honestidad de las personas.
Las faltas a la ética tienen un costo inmenso para las organizaciones, muchas veces subestimado y pasado por inadvertido,  no solo por la cuantía de los sobornos, robos, saqueos y demás acciones deshonestas, sino por la desmotivación y resentimiento que cualquier trato injusto genera en los colaboradores que produce de manera inmediata un atentado a la lealtad y el compromiso, a si mismo se produce pérdida de ideas y talentosos o creativos empleados; el resentimiento incrementa el riesgo de ocurrencia de acciones deshonestas y una baja notable a la productividad, con lo que la empresas terminan incurriendo en enormes gastos para desarrollar sofisticados y costosos esquemas de control, que jamás llegan a garantizar totalmente la seguridad. (Sin contar la contratación de costosas auditorias para identificar riesgos, problemas y acciones de mejora).
¿Se puede mejorar la ética dentro de los entes económicos? Indudablemente;  se necesita del compromiso y ejemplo permanente de administradores, directivos y jefes, que en todas sus actuaciones deben ceñirse a los principios éticos definidos en la compañía, como son la imparcialidad y el respeto a  TODOS los Stakeholders sean colaboradores, clientes, proveedores etc. 
Si la empresa, en su declaración de principios y valores, habla del respecto, pero al mismo tiempo alguno de los jefes trata injustamente a sus colaboradores, se genera una incoherencia que desmorona la fijación, en la conciencia colectiva, de los valores éticos que se quieren reforzar.
La mejor manera de realizar seguimiento a esta causa es a través de una  evaluación a toda la platilla de interesados, en las que participan colaboradores, pares y superiores, y con la que se obtiene información clave sobre las capacidades de liderazgo, los principios y valores que acompañan la gestión de cada directivo y los aspectos que debe reforzar para que su labor sea más eficiente.
Si se quieren fortalecer los valores al interior de las compañías, adicionalmente es necesario establecer mecanismos para la revelación de actos que ocurren en las distintas áreas de la empresa, en lo referente al trato que reciben los empleados de sus superiores como a los hechos que vayan en contra de la ética o de los intereses de la compañía.
En definitiva, un líder empresarial sea administrador, gerente, jefe medio u otro, debe ser EJEMPLO de rectitud, diligencia profesional, independencia mental, imparcialidad, responsabilidad y criterio a la hora de tomar sus decisiones en el giro de sus negocios; debe ser un influenciador coherente con la planeación estratégica de la empresa sin perder de vista un habito constante de autoevalucion, todo lo anterior para  reflexionar ¿que tan èticos son los actos que comete usted como administrador?
Bibliografia y fuentes:
  1. Harvard Business Review
  2. La república



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